La Estatua de la Libertad es un monumento lleno de historia y de curiosidades sorprendentes.
Fue un regalo de Francia a los Estados Unidos, donde llegó a bordo del barco Isere que atracó en el puerto de Nueva York, tras un viaje en pésimas condiciones marítimas, el 17 de junio de 1885.
La estatua, de cobre, llegó dividida en 300 piezas. Comenzaron a juntarse en el laborioso proceso de ensamblaje un año más tarde, que fue el tiempo que se necesitó para construir el pedestal sobre el que se levanta en una pequeña isla situada a la entrada del puerto de Nueva York.